Una vez cortado el jabón, existe entre las sabias del jabonerío la costumbre de biselar cada pastilla. Sospecho que es para que las esquinas no se «magullen» con la manipulación, pero la verdad es que me da igual. Queda bonito, y si lo hacen las pros yo lo copio. Que para algo son pros. Esto es lo que hace Soap Queen, que es pro-pro-pro.

Imagen de soapqueen.com
Para biselar las pastillas de jabón hay instrumentos de alta precisión. Yo utilizo este:
Y las tiritas de jabón las voy guardando en un cuenco. Generalmente, cuando tengo una buena cantidad hago crema de baño (nota mental: explicar esto alguna vez, que es muy útil), pero ya que estaba con el tema del reciclaje creativo ayer me dio por hacer el jabón que ilustra esta entrada. Y no ha quedado nada mal, modestia aparte. Muy aparte. Hay bastantes burbujas, pero es un poco inevitable en un jabón de estas características. ¡Ah!, y es mi primer intento con el carbón activado. Por el momento no me he atrevido a llegar más allá de ese gris intenso, pero un día de estos… un día… jabón negro. Mi vena gótica asomará la patita.
Obviamente, se puede hacer con cualquier receta, y solo hace falta que las virutas no estén demasiado duras o luego cortar el jabón va a ser una experiencia traumática. El carbón activado, para este gris, han sido dos cucharaditas dispersadas en una cucharada de aceite y añadidas a la trazaPunto del proceso en el que los aceites y la mezcla de agua y sosa se han emulsionado y ya no se separan. En una traza fina, la batidora dejará una marca apenas imperceptible en la superficie de la mezcla. En una traza media, la marca será mucho más perceptible y duradera. La traza gruesa permite incluso aplicar la mezcla con manga pastelera y boquilla. Más dura que eso... te has pasado. Más.
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