Lo primero: sí, es posible. Hay quien lo hace hasta con un 100% de manteca de cerdo, aunque yo no he ido tan lejos. Lo segundo: sí, claro que limpia. ¿Por qué no iba a limpiar? Es una grasa, igual que cualquier otra que utilizamos para hacer jabones. Dicho lo cuál… sí, queda feo en la etiqueta. O sea, no veo yo muy comercial «¡Jabón de tocino! ¡100% puro cerdo!», ¿verdad?
Prejuicios, prejuicios. O no, ya os lo contaré. Por lo pronto, los que hacen dicen que da un resultado bárbaro: una pastilla muy blanca, dura, con espuma cremosa, muy hidratante. Yo lo he hecho con 80% de manteca de cerdo, 10% aceite de coco, 5% aceite de ricino y 5% aceite de palma, y la verdad es que lo pude desmoldar en pocas horas. Lo dejaré tranquilito un par de semanas para ver qué tal la espuma y ya os contaré.
Para la decoración no me he matado mucho: en el punto de emulsiónPunto de la mezcla en que el aceite y la mezcla de agua y sosa ya están perfectamente integrados y no se separan. Más añadí colorante azul mezclado con un poco de aceite, removí bien, aparté un tercio de la mezcla y a este tercio le añadí más colorante para tener dos tonos de azul. Seguí batiendo hasta tener las dos mezclas en trazaPunto del proceso en el que los aceites y la mezcla de agua y sosa se han emulsionado y ya no se separan. En una traza fina, la batidora dejará una marca apenas imperceptible en la superficie de la mezcla. En una traza media, la marca será mucho más perceptible y duradera. La traza gruesa permite incluso aplicar la mezcla con manga pastelera y boquilla. Más dura que eso... te has pasado. Más fina, y luego un hanger swirl como este o como este. Por encima le he puesto unos pergaminos (que salen al alisar jabones con el cepillo; en concreto este jabón). No ha quedado mal.
El problema ha sido el aroma: he vuelto a utilizar Lenor Unstoppables, como aquí, pero en vez de molerlo bien antes lo he dejado en grano. No está mal. Puedo venderlo como exfoliante. Eso sí que queda resultón en la etiqueta.

Se me olvidaba… también le he puesto purpurina. Nota mental: no volver a poner purpurina. Es una horterada.
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