La decoración, digo. Es lo que llaman «one pot wonder» y que vale tanto para esas recetas de cocina que se preparan de principio a fin en la misma cazuela como para esta técnica de decoración del jabón que ojalá fuera así también, pero no, no te ahorras fregar. Lo que sí es cierto es que la decoración es facilísima. Vamos a ello.
- 65 g de aceite de palma
- 50 g de aceite de lino
- 50 g de aceite de maíz
- 250 g de aceite de coco
- 50 g de aceite de ricino
- 535 g de aceite de oliva usado
- 250 g de agua
- 140 g de sosa cáustica
- 2 cucharaditas de sal
- 2 cucharaditas de azúcar
- 2 cucharaditas de caolín blanco
- 2 cucharaditas de dióxido de titanio
- 30 g de aceite esencial
- Mica de tres tonos de azul
Es un poco jabón de restos para aprovechar aceites que tengo ahora y probablemente no vuelva a comprar: palma, lino y maíz; el de palma aún estoy en duda. Los otros dos no aportan gran cosa y el de maíz sobre todo da problemas de ácido linoléico. El aceite esencial que he utilizado esta vez es de niauli. Lo compré en Jabonarium porque en mi vida había oído hablar del niauli ese y a mí lo de ponerme delante un ingrediente desconocido es como enseñarme un trapo rojo. Pues adelanto que huele muy bien y se ha comportado de maravilla en la trazaPunto del proceso en el que los aceites y la mezcla de agua y sosa se han emulsionado y ya no se separan. En una traza fina, la batidora dejará una marca apenas imperceptible en la superficie de la mezcla. En una traza media, la marca será mucho más perceptible y duradera. La traza gruesa permite incluso aplicar la mezcla con manga pastelera y boquilla. Más dura que eso... te has pasado. More. Ya os contaré si el aroma persiste o desaparece en dos días. Y sí, sé que debería mezclar aceites esenciales por todo eso de las notas medias, las notas altas… Me tengo que poner a ello. Un día de estos. En serio.

Uno de los tonos de azul, sin encomendarse a dios ni al diablo, ha mutado en lila. En fin. Para que te fíes de las micas de AliExpress.
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